Posteado por: BOX8 | 6 marzo 2011

EL DOLOR DE LAS CALLES (o «Yo moriré hoy»)

Escribe, pues…
Escribe
en el comienzo de la primera página
que no aborrezco a nadie,
ni a nadie robo nada.
Mas, que si tengo hambre,
devoraré la carne de quien a mí me robe.
¡Cuidado, pues!…
¡Cuidado con mi hambre,
y con mi ira!

(«Carnet de identidad», Mahmoud Darwish)

[Video de Tamer Shaaban; música de Thirteen Senses, «Into the Fire»]

 

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Dame la mano desde la profunda / zona de tu dolor diseminado

Desesperado, el hombre egipcio grita: «¡Lo que hace mi gobierno está mal! ¡ No tengo comida, ni yo, ni mis hijos!… ¡Yo moriré hoy!». Pero este hombre no es un kamikaze, un hombre-bomba que se inmola matando en un acto suicida por una causa determinada en lo que Lacan definía (en Función y campo de la palabra y del lenguaje) como un extremismo hecho orgía de goce y pulsión de muerte en el que se paga por el objeto deseado con el cuerpo de uno. En este caso, este hombre desesperado no sale a la calle a matar ni a matarse de manera calculada, sino a unirse a otros y otras tan desesperados como él y a decir, con un inglés rudimentario, que de esa manera se resiste al orden del amo. Y esto no es un acto de desafío histérico. Es el dolor hecho cuerpo, de manera colectiva, en un grito que se eleva desde las plazas y las aceras de un país rico y hermoso.

En el discurso religioso (cristiano) y en el discurso de la ley, siempre se le ha prohibido al sujeto disponer de su cuerpo, siempre se le ha impedido el suicidio, aunque se sufra de manera insoportable, aunque no haya esperanza. Y las voces de estas calles, como la de este hombre, nos mandan a todos un mensaje conmovedor que a mí, personalmente, me hace sentir avergonzada: «No tengo nada, no poseo nada, sólo mi cuerpo; pero prefiero arriesgarme a perder lo único que tengo, que seguir aceptando esta suerte.»

Comprender este momento de la historia que nos ha tocado vivir consiste en no ignorar el dolor de los y las demás. Fundir nuestro dolor con el dolor de las calles es un acto político que nos lleva de la individualidad al acto colectivo: a la política de la ira colectiva. Como dice Borges,

«Hacia el Oeste, el Norte y el Sur

se han desplegado – y son también la patria – las calles;

ojalá en los versos que trazo

estén esas banderas.»

(Marisol Sánchez Gómez)

EGIPTO (diciembre 2010)

 

Sistema de iluminación viaria en la Ciudad de los Muertos (Cairo)


Respuestas

  1. La pagina de tu Blog se ha actualizado…

    [..]Articulo Indexado Correctamente en la Blogosfera de Sysmaya[..]…

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  2. i like it EL DOLOR DE LAS CALLES (o “Yo moriré hoy”) « BOX8. Contra el silencio, obstinadamente. after this im your rss reader

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  3. I like very much the video because it shows what really happened in these countries without make-up of politics and tv. I agree with you about that we should be ashamed of what is happening outside, around the world. If we, young people, don`t change the world and the society… who is going to do it?
    Thank you very much for this year. It has been very nice to have you as a teacher =).

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  4. The video shows that a united country can overthrow one of the strongest leaders in the Arab world. Why? Because people go hungry, there aren’t job opportunities. So they aren`t afraid of the police, the tanks. Men, women, children, all together want the same: food, peace, freedom.
    We have these things but never value them. Mahmud Darwish, an Arab poet says that a hungry man is an angry man and he can be very dangerous. Be Careful!

    Thanks a lot for all your help during these two years. I have learnt English and I have travelled around the world with your experiences.

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  5. This video shows some people who take the streets to demand their freedom and I love the attitude of these people, to leave everything aside to get their freedom!

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  6. El vídeo desde luego tampoco me deja indiferente y, sobre todo, tu interpretación (muy acertada y que comparto) en tu artículo. Ojala, ese «dame la mano», sea el deseo de muchos. Al menos, no ignorar lo que se nos presenta como una desesperación hecha grito de un egipcio anónimo, que representa el grito de muchos que viven al límite. Comparto la rabia, la indignación y en muchos casos ese grito desesperado.

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